jueves, 27 de noviembre de 2008

Los caídos

Cuando ya no hay muchos que hacer y todos tienen pensamientos ficticios, los caídos paradójicamente sobreviven y están de pie, anhelando encontrar una respuesta mientras los demás no les importa o ya la han encontrado. Quizás son muchos los que sienten el desánimo de permanecer callado, pensando en verdaderas locuras, porque quienes están de pie se muestran demasiado felices como para ser cierto, mientras aquellos que jamás han mostrado felicidad alguna descansan, porque quizás aquella tristeza es meramente superficial, y no tienen nada que pensar, entonces su mente sucumbe, no saben cuan afortunados son.  Mientras siguen pensando en hilarantes situaciones permanecen callados, no les importa que los demás sepan su tristeza o quizás no tristeza, sus derrotas y caídas, que sin embargo no demuestran en el día a día, pretenden ser felices a la luz, pretenden usar máscaras bonitas y no ensuciar su ropa. Y lo compruebo, aún siguen pensando y pensando, si tan sólo ellos tuvieran esa sorpresa que quieren, esa compañía, esa no soledad, les aseguro que en este momento estarían reproduciendo sus pensamientos de otra manera, mucho más imaginativa e imposible por lo demás, pero el sólo hecho de imaginar les haría feliz, porque ya no tendrían que seguir preguntándose el porque de las cosas, sólo se dejarían llevar aliviados por ese sentimiento que está ausente en estos momentos, quizás su soledad no es notada, pero hace que su sueño se aleje, cada vez más, no supieron jugar.

Se hundieron en el mar de las letras, se volvieron locos con el licor y placer de un pensamiento, que plasmaron en simples páginas que anhelan ser leídas y comprendidas. Si tan sólo hubieses sabido jugar, si tan sólo se hubieran dejado llevar por el corazón y no por la mente, si tan sólo le hubiese hecho caso a lo que la vida quería para ellos, créanme nada de esto estaría pasando, me gustaría que esa seguridad no fuese sólo para pensar y plasmar, sería mejor sentir y actuar. Algunos se levantaron, otros no, ni siquiera piensan hacerlo.

Ellos tienen la certeza de que los demás quedan con gusto a poco, no muestran todo de si, pero sin embargo, no hacen nada para solucionarlo, los conozco muy bien, a ellos los llamo caídos, aquellos que tienen las máscaras más bonitas, aquellos que los tranquiliza la música que mientras más triste sea más los hunde, pero no importa, sé que ellos no quieren levantarse, su nombre se inscribió para siempre en el salón de los caídos y ellos inconscientemente lo escribieron, irónicamente ¡ja!, los escribieron con falta de ortografía.

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