viernes, 30 de mayo de 2008

El sueño interminable

Cansado después de un arduo día de entretención el pequeño Diego llegó a su casa a las 9 en punto, luego de haber comido algo decidió descansar y se tendió en un sillón a estar tan sólo un momento, apenas se tendió pensó en la tristeza de su vida, hacía bastante tiempo que no se imaginaba las típicas cosas de un niño normal de su edad, pero se resignó seguir pensando porque ya era tarde y debía acostarse…después de unos 20 minutos se fue a acostar a su cama. Había un gran problema, su hermano, que era más pequeño que él ya se había acostado, por tanto Diego debía conciliar solo el sueño. Diego estaba algo asustado pues debía conciliar el sueño sin la habitual conversación que sostenía todas las noches con su hermano, si él no conversaba se le hacía bastante difícil dormir. El sufre de un maldito insomnio todas las noches, su mente es muy juguetona y no lo deja dormir. Es raro que aún sintiéndose cansado no pudiese conciliar el sueño, entonces los pensamientos se apoderaban de su mente adormecida por el día, pero que por la noche despertaba con una serie de ideas lógicas inútiles, las que derivaban en muy fantásticas por el desgaste de la lógica. La gracia estaba en mirar cualquier objeto y sacar muchas características de el, sin embargo no tenía ningún sentido sacarle tales características. Después de un desgaste mental en que se pasó por razonamiento lógico inútil, sentimientos tontos y sensaciones extrañas (le provocaba placer sentir que su cabeza tocaba la almohada), vino el descontrol de una mente que no dejaba de pensar, pasó de pensamiento lógico a fantástico.

Por un momento Diego sintió el silencio, que como siempre esta acompañado de más de algún ruido normal, pero que con la imaginación de Diego se transformaba en un ruido anormal. Diego decidió acostarse porque su mente siempre le jugaba una mala pasada en estas ocasiones en que el silencio se apoderaba de la noche. Ya acostado trató de dormir, pero como siempre no podía dejar de pensar hasta en la cosa más ridícula, justo esa noche no pensó en ninguna de las cosas ridículas que pensaba habitualmente, pensó en algo bastante más normal, pensó en fantasmas y monstruos (típicos en una mente infantil, pero que en esta mente no se hacían presentes hace mucho tiempo). De repente sintió pasos afuera, pasos que merodeaban por el patio, pasos que los perros no se percataban y por tanto no había ladridos, pasos que sonaban con más intensidad a medida que él seguía escuchando. Entonces decidió poner atención en otra cosa para tranquilizarse, miro a su ropa, de pronto comenzó a divisar la cara de todos los monstruos posibles, su imaginación formaba los monstruos mas extraños y comunes, cerraba los ojos pero seguía viéndolos, en muchos casos Diego actuaba con la lógica común, por esta razón no pensaba que aquellos monstruos fueran reales, pero no estaba del todo seguro, entonces en un acto de valentía decidió levantarse y correr lo mas rápido que pudiese al interruptor para prender la luz, en cualquier momento el monstruo podía capturarlo, pero el fue valiente. La luz ya estaba encendida, ¡los monstruos han desaparecido!-se dijo-. Decidió dejar encendida la luz por un momento para no imaginarse cosas. Se tendió en su cama y comenzó a mirar la luz, su asombro fue tanto que casi gritó, había visto un fantasma que merodeaba en compañía del resplandor que la luz dejaba, era de todos colores, se tapaba un ojo y el fantasma cambiaba mágicamente de posición (en este momento Diego ya empezaba a convencerse en que habían fantasmas, sus actos ya estaban condicionados por el miedo), decidió ahora apagar la luz y luego de eso correr a su cama para que los monstruos no lo alcanzasen. Diego se sentía seguro cuando estaba en su cama, sentía algo de protección en sus calidas sabanas. Se decidió, fue cuidadosamente a apagar la luz para que los fantasmas no se percataran de su presencia, apago la luz y salió corriendo en dirección a su cama para que los monstruos no lo pillasen. Ya estaba en su cama, ya no veía a los monstruos, entonces se sintió bastante aliviado, suspiró, para cuando había terminado comenzó de nuevo a escuchar los pasos afuera, que cada vez se hacían más y más fuertes. Entonces se dijo ¡basta! No quiero seguir con este maldito insomnio, mi mente es muy juguetona y me hace pensar e imaginar demasiadas cosas…su ventana exploto, al parecer el extraño ser que merodeaba afuera entro brutalmente por su ventana, era gigantesco, estaba lleno de pelos de color gris y tal vez tenía colmillos, salió corriendo a prender la luz pero el extraño ser no se iba, ¿Cómo podía ser producto de su imaginación? Los fantasmas vistos anteriormente volvieron a aparecer al igual que los monstruos, que no parecían ser simple ropa. Diego estaba aterrorizado. Los seres que estaban en el medio de la habitación empezaron a acercarse lentamente a Diego, quien ya no podía parar de gritar ni llorar, entonces el ser más grande abrió su enorme boca llena de afilados colmillos y de un bocado se trago a Diego.

Abrió los ojos para ver como era el horrible estomago del monstruo, por mas que trató de ver el estomago lo único que vio fue el living de su casa, y su reloj que le decía que eran las 9:20…entonces comenzó a reír contento por que su imaginación por fin pertenecía a la de un niño, y le ocurrió algo que hace mucho tiempo no experimentaba, Diego soñó, pero su alegría y sonrisa no duro mucho, lamentablemente su hermano ya se había dormido, ya habían pasado los 20 minutos y ya empezaba a escuchar pasos que venían de afuera…



Con este cuento salí entre los 20 primeros en el interescolar de la andres Bello =)