jueves, 21 de agosto de 2008

Eternamente fue, es y será así.

Sentía que debía sentarse en la hierva sólo a contemplar el paisaje, ¡claro!, era lo único que hacía durante todo el día. Pensaba en el gozo que le traía la naturaleza, sólo con ella podía pensar, en ella y con ella podía soñar, crear, amar.

De hace algún tiempo un alma le quitaba el sueño, la miraba pasar todos los días mientras él estaba tirado en el pasto, nunca supo si era producto del éxtasis provocado por la naturaleza o era una simple realidad. Se conformó con tan sólo pensar que ella era verdad, mientras él se tendía en el pasto ella pasaba sin mirarlo, tenía la impresión de haberla visto antes, pero tan sólo era una vaga impresión. No tenía la más mínima idea del porque pasaba tanto tiempo en el pasto sin recordar algún otro lugar, sólo veía la fresca hierva y la niña que pasaba por la calle en frente del pasto cada mañana, tarde y noche. Sus ilusiones por fin volvían, si es que las tubo (no recordaba haberlas tenido), por fin podía ocupar su tiempo en algo que no fuese estar tendido en la hierva.

Un día se armó de valor para hablarle, sabía que si le hablaba de lo que ya parecía su hogar, ella ni si quiera lo tomaría en cuenta, por lo que decidió seguirla, la siguió por calles y calles, pero por más que caminaba no avanzaba de lugar, entonces se dio cuenta que ella seguía en la misma calle con él siguiéndola sin poder llamar atención alguna, sí, en la misma calle que se ubicaba en frente de su paraíso de naturaleza, pero entonces el olor a ciudad y a algo de bencina que había en la calle lo hizo recordar…

Dicen que el amor te vuelve loco, pierdes tus sentidos y tu mente se transporta a un lugar lleno de felicidad pero a la vez tristeza, es por eso que decidió declararle su amor a la primera niña que le había gustado en su vida (lo había esperado) en un lugar en donde se sintiera cómodo y lo hizo en el pasto de aquella plaza que solía visitar todos los días para relajarse, él no sabía que ella había esperado este momento desde hacía ya mucho tiempo, por lo tanto esperaba con ansias llegar al lugar de los hechos. Él llegó bastante más temprano al lugar de encuentro, como sabía que tenía tiempo se acostó en la hierva y comenzó, en la emoción de su amor, a pensar y soñar. Desde que la había conocido a ella había pasado un año entero y más o menos desde el tercer mes, ella era motivo de su existencia.

Por fin ella había bajado del automóvil en que venía, un giro impresionante del destino quiso que ella cruzara ansiosamente la calle para hablar con él, gran error, un automóvil venía a una velocidad impresionante por la vía de la muerte y el horror, y de un choque destrozó el delicado cuerpo de ella, mientras el veía con desesperación la sangre que salía de una víctima más de la cruel ciudad. Lloró y lloró, pero lo único que hacía era decolorar la sangre que ya estaba en el piso impregnada y seguramente olvidada por muchos que sólo supieron de esto cuando vieron el noticiero de la noche. Sin ella que sería él, cual sería su propósito, para que le servía la vida, dicen que es posible morir de pena, pues el agonizo por el tiempo que duró su tristeza, después de eso simplemente perdió, sus lagrimas dejaron de ser simples lagrimas y se convirtieron en sangre, su rostro se fue demacrando hasta ser el de un ser infeliz que ya lo único que quería era morir, sabía que moriría pero antes de morir en la vulnerabilidad absoluta, supo que sus miedos se cumplieron, aquella ciudad que destrozó por mucho tiempo a su tan querida naturaleza, ahora le quitaba su amor, su vida, sus deseos e ilusiones, y mientras el conductor del automóvil arrancaba por un final feliz, nuestro personaje se tendió aun lado de lo que quedaba del cuerpo de su amada, sólo, triste y abandonado en la soledad, sólo ella y él, por siempre allí tendidos y olvidados.

Dicen que cuando ocurre una muerte catastrófica las almas quedan en aquel lugar de los hechos, está vez ocurrió algo parecido, él se quedó en donde fue mas feliz, en donde era libre, en su tan querida naturaleza, en donde pasó feliz sus últimos minutos de vida, él fue condenado primeramente a ser feliz eternamente, pero no todo terminó de una manera “feliz” ella fue condenada a pasar el resto de su vida en la calle, caminando de día, de tarde y de noche en donde ni siquiera le dieron el placer de pensar, o por lo menos darse cuenta que ella era el sueño de alguien, sólo caminar.

…se lamento mucho el haber recordado aquel episodio, ahora no era tan sólo ella quien debía “vivir” eternamente en la agonía, para él fue peor, a pesar de que ella tubo un final triste, no fue como lo que le tocó a él, ella no tenía la capacidad de pensar, se le quitaron sus pensamiento como a cualquier muerto por tanto no hablaremos de un sufrimiento, en cambio él recordó eternamente aquel episodio catastrófico, una y otra vez durante el resto de su “existir”, condenado a no descansar jamás, condenado a seguir a su amor por la eternidad.

Muchos jamás pudieron conseguir su sueño de amar a alguien, y en cuanto lo tuvieron en frente se esfumó tan fácil como atropellar y matar a una persona, el amor es cruel, pero tan bien hermoso, significado que muchos nunca conocieron de esta palabra tan común y compleja llamada amor. Como así mucho creyeron amar y siguen creyendo condenados por tan sólo el resto de sus vidas.

Muchos también perdieron sus ilusiones y mas profundos sueños y deseos en una ciudad que lo único que ha hecho desde su existencia es quitar vidas, ¡exacto!, está cruel ciudad quita vidas, o ¿acaso nuestra naturaleza no fue víctima de ella así como también nuestras más profundas ilusiones?