Nada más.

Miedos, angustias, jamás volverás a ser, jamás. El último suspiro con recuerdos de tiempos mejores, recuerdos que en segundos desaparecerán, quedarán inexistentes, pasarán a la nada. Un cuerpo maltratado en vida, sufrido por la incapacidad de ser felices, por la oportunidad que nunca tuvo, de ser sano, de funcionar un poco más, su triste destino no será largo, la carne es apetecida por insectos, pequeños insectos, que siempre viste pero que ni en tu peor pesadilla iban a terminar devorándote, devorando cada recuerdo, cada sensación, cada vivencia, y haciéndola desaparecer, para siempre. De un momento a otro un impulso nervioso se apaga, y en cadena ya no funciona ninguno más, las emociones quedaron guardadas sólo en quien tuvo el privilegio de recibirlas, y claro está si es que en realidad fueron dichas. El colapso de un cuerpo maltratado cobró sus frutos, dejó de gastar su energía, dejó de trabajar, después de unos 70 años, y cuando decidió aquello, decidió también enterrar cada recuerdo en los jugos gástricos de un gusano. Ya desapareciste, pasaste a formar parte del maldito pasado, tu existencia no es más que un vago recuerdo, nada más que un grano de arena en la existencia, simplemente nada más. Ahí te detuviste anhelando en el ultimo minuto vivir toda tu vida en recuerdos por última vez, antes de desaparecer y quedar estancado para siempre en esta época, detenido sin la capacidad de retroceder ni avanzar, detenido sin la capacidad de pensar, que realidad tan cruel, pero al menos no sufrirás, tu mente se apagará y no tendrás ninguna otra oportunidad, ya te las dieron todas, y a nadie le importa ni importará si no las aprovechaste, tu problema, tu pasado, tu presente, tu futuro, tu vida, tu muerte. Y ahí estás formando el vacío para siempre, una huella un paso, nada más, ahora eres carne de gusanos, devorado cruelmente bajo la tierra sin más oportunidades, sin conciencia, sin una pizca de lo que fuiste, no pudo haber peor destino, todo tiene un final, esté ya se acabó, dejó de funcionar.