A veces necesito despejarme un poco, entonces voy al patio de mi casa a divisar las estrellas, es increíble saber que cada una guarda un misterio para nosotros, (sólo comparable con el misterio de nuestra mente, se imaginan que pudiéramos leer la mente, que cantidad de ideas locas se apoderarían de nosotros, esa es la gracia de ser distintos, la alegría para algunos, tristeza para otros) misterio que aun para el poder humano es difícil de rebelar, aún…
Entonces conmovido por la belleza del cielo, me siento tan sólo a oler una flor, simple flor que es el ejemplo perfecto de transformación de lo simple en complejo, cada uno transforma algo simple en complejo, que obviamente hay que darse cuenta, ese es el largo camino al éxito (como dicen por ahí). La flor me conmueve su aroma, puede que no sea el perfecto, pero al olerla sientes la belleza, el placer, el éxtasis que provoca la naturaleza (por lo menos en mí), es increíble que una cosa tan simple, me haga sentir algo tan complejo.
El placer que me provocó la flor se aleja lentamente, entonces aparece uno de mis cuantos perrito, y empiezo a acariciarlo, siento nuevamente el placer de la naturaleza (nada de zoofilia), amo a los animales, me encanta, sufro cuando ellos sufren, son criaturas tan indefensas que muchos las ven así y por tanto las matan… todavía me pregunto el fin.
Camino por la hierva descalzo, parece algo raro a esta hora de la noche, pero es más placentero sentir el rose de algo tan natural sobre tu cuerpo, no sobre tontas mascaras que recubren lo que somos, si la mitad de la gente que existe en el mundo supiera ver que hay, en una primera impresión, a trabes del maquillaje, estoy seguro que no habría guerras ni tontos conflictos, pero lamentablemente son pocos los que no confunden la belleza, la belleza esta en cosas tan simples como una flor, será que su belleza combina con todo.
Entro a mi casa y me encuentro con un mundo que ya perdió sus cabales, que ya perdió su simpleza que lo hacia complejo, ahora es complejo, pero eso lo hace bastante simple.
Quizás nuestra vida esta llena de placeres falsos, que están condicionados como placeres reales… prefiero mil veces oler una flor a estar sentado en el computador. Lamentablemente no podemos estar ausentes a esto, al final todos caemos en lo mismo, por lo menos démonos cuenta…
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